18 de marzo de 2009

Oda a la goma de borrar

Gran cosa es tener la capacidad de retractarse. Poseer el combustible necesario para dar marcha atrás. Lucir la valentía de desdecirse, humillar la petulancia de pretender hablar desde el púlpito de la tinta, con un ademán autocrítico que transforma los dogmas los yerros la retórica en un rebaño de virutas perfumadas. Para desandar el camino y darle nuevamente la palabra a la página en blanco, se requiere de un delicado instrumento que es, como la rueda, los grandes aereoplanos y la caricia de la mujer amada cuando la soledad nos cala hasta los huesos, invento inapreciable. ¡Oh fe de erratas de mi lápiz! Cernidor entre el trino y el resuello, la palabra veraz y la que hilvana las letras enmieladas del engaño. ¡Oh gran antología de vivencias! Yo te debo la astucia de anularle adjetivos a las emociones sustantivas. Te soy deudor de mi capacidad de comenzar y comenzar nuevamente desde cero. Cuando vuelvo los ojos a la pluma al lápiz a la máquina y después hacia ti me quedo meditativo y pienso que el poeta el verdadero el grande el profundo poeta debe saber oír más las palabras de su goma que las del artefacto con que escribe porque los dioses están más cerca del silencio que del barullo.

1 comentario:

dianastrocyte dijo...

Me imagino que en este universo tan virtual sería a 'Crtl+e' y 'Supr'

Loco, nos vemos :D

PD. Tu música, la de esta página, está a tan bajo volumen que suena a ratones mugiendo...
PDD. XD Eso no tiene ningún sentido!