La confucíón vive contigo [primera parte]

Siempre pasa igual, uno no es lo que quiere, sino lo que puede o lo dejan ser. De niño soñabas con crecer, de adulto has dejado de soñar. Quisiste ser cirujano y te mareaba el olor a sangre. Deseabas ser futbolista, pero tus piernas te temblaban a los 11 pasos. Anhelabas convertirte en abogado, pero siempre perdías el juicio ante las mujeres bellas, te sobraban anhelos y te faltaban alas, porque no es lo mismo echar a volar la imaginación que aterrizar los proyectos. Siempre planificabas tus vuelos, pero te estrellabas con la desilusión y el desencanto: Esa carrera es muy larga" o "EL FUTBOL O LA ESCUELA", eran los pretextos que escuchabas para convencerte de que tu vocación estaba equivocada. Siempre te obligaban a elegir lo que no te convencía, ni lo que te daba mayores alegrías: Tu padre fue obrero. Tu madre era infeliz remendando calcetines y reciclando las tortillas. Tus hermanos son muy pequeños para entender que te gustaría desaparecer o escaparte en aquel tren que se escucha alo lejos… "Ya tuve que ir obligado a misa ,ya toque el piano 'Para Eliza',ya aprendí a falsear mi sonrisa, ya camine por la orilla de la azotea, ya cambie de lugar mi cama, ya hice comedia, ya hice drama; ya fui concreto ,ya me hice el bueno y tuve mala fama. Ya fui ético ,ya fui errático, ya fui escéptico y fui fanático. Ya me pase de gasolina a gas natural, ya leí a Hessé, ya dormí en colchón y también en el suelo."